Cuando la naturaleza busca lo suyo ya lo tenemos ocupado, ella se reestablece, se equilibra y entonces de ocupantes arbitrarios nos convertimos en damnificados.
Córdoba un sitio de zonas bajas y ciénagas; el valle del Sinú ni siquiera fue escogido como asentamiento indígena, sólo zonas funerarias y de ritos, pero el hombre colono aprovechó en verano y construyó, y aterró espejos de agua, y trató de dominar al río Sinú, pero no pudo, ese pequeño monstruo que con sus inundaciones y limo fertilizaba todas estas tierras sigue peleando por lo suyo.
Hoy son muchos los inundados y las personas que corren y sufren para evitar una tragedia.
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